Fue a mediados de diciembre cuando recibí un mensaje de un buen amigo anunciándome que el spot de Pippin, el primer anuncio español en ganar el Grand Prix de Cannes en 1989, salía a pública subasta en Ebay a instancias de Contrapunto, la agencia que lo creó, por una buena causa.
Toda la recaudación de dicha subasta se donaría a la Fundación Apsuria, destinada a la ayuda a personas con discapacidad cerebral.
Sergio Rodríguez de la Historia de la Publicidad estaba intentando adquirirlo, mediante un sistema de puja colaborativa difundida entre contactos personales, para que formara parte del Centro de Documentación Publicitaria.
La subasta llegó a los 2.760 euros, pero se consiguieron recaudar más de 6.000 euros que se destinaron, en su totalidad, a la mencionada fundación.
¿Quién duda ahora de la eficacia de la publicidad?
Hoy visionando de nuevo el spot y viendo a mi hijo “enganchado” a la consola, sus redes sociales y aún a la pantalla de la televisión compruebo – no sin cierta preocupación- que este spot sigue vivo, no sólo entre quienes amamos la publicidad, o por el destino de lo recaudado en la subasta; sino que también está plenamente vigente en nuestra sociedad y que hoy en día, casi 24 años después, es un anuncio que se podría volver a programar.
En el siguiente enlace os dejo la historia contada en primera persona por Sergio, donde se transmite la pasión y la intensidad con la que se vivió a la adquisición, y todo lo que ama la publicidad.
http://www.lahistoriadelapublicidad.com/grand_prix.php
La campaña con las piezas “Patinete” y “Maleta”, fueron creados por Toni Segarra, Maribel Muñoz, José María Lapeña y Juan Mariano Mancebo; la dirección de arte fue de Melchor Palacios; productor, Luis Felipe Moreno; Directora de cuentas Mae Blanco y Director, John Perkins.