
Hubo un día en que Coca Cola dejó de vender refrescos y empezó a vender felicidad; igualmente, Pepsi dejó de vender gaseosa para vender el impulso de la juventud. Hubo un día en que Bimbo dejó de vender pan y empezó a vender el cariño de siempre de las familias; un día en el que NIKE dejó de vender ropa deportiva y empezó a vender actitud; hubo un día en que los grandes almacenes dejaron de vender artículos y empezaron a vender estilos de vida que conectaban con los valores de sus consumidores… y así, poco a poco, ese día llegó a muchas empresas que por fin comprendieron que debían vender emociones y experiencias auténticas para sus clientes.
Ese día las marcas encontraron su propósito, identificaron los valores que las conectaban con sus consumidores y crearon una comunidad alrededor de ellas….
Ese día estas empresas empezaron a ser realmente grandes.